La meseta por la se le suele transitar a mediados de enero en cada verano solía ser una característica todos los años, lo que llevaba, por ejemplo, a que Posadas se convierta en una punto que sentía el impacto por ese vacío, explicado en su mayoría por el alto número de personas que salían de vacaciones fuera de la provincia. Ahora, con un panorama distinto, (y entendible porque la prioridad es la salud) esa meseta puede verse reflejada de otra manera y para ello basta con la reciente medida de suspender los eventos musicales, que escuetamente habían sido habilitados ante el reclamo del sector.
Con ese eslabón bien marcado hay otro que va de la mano, con el cual debe empezar a trabajarse ya o, en todo caso, no descuidar: la economía. Esa rueda tan caótica por momentos hoy tiene un recorrido más pequeño (y auspicioso para los locales) por la contención que ofrece las fronteras cerradas, lo que obliga a que la mayoría de los misioneros dejen su dinero en la tierra colorada. A su vez, marca en principio mejores expectativas para parte del sector turístico. Pero esa circulación de capital en el ámbito doméstico debe estar acompañada por aquellos que ofrecen el servicio, porque hay un agregado que se filtró esta semana y que no puede pasar desapercibido. Es que si tomamos el mes de diciembre, el NEA fue la región con la inflación más alta del país, lo que significa un llamado de atención para este momento, en que el ciudadano común inevitablemente busca un respiro en algún agujero de la provincia que halle disponible. Y esa alza de los niveles inflacionarios se da con los puntos fronterizos cerrados desde hace diez meses.
Hay algunas señales. Como ocurre en Iguazú, donde varios hoteles y alojamientos ofrecen la estadía a los misioneros con descuentos importantes. A esta altura lo importante es repasar hasta qué punto alcanza y qué más hay a la vista para que la billetera del misionero no se vea consumida por precios que se encuentren fuera de lo normal. Es cierto, el fomento de formas de pago por parte del gobierno, con alternativas en cuotas, a través de distintos programas, se convierte en una opción, aunque con algunos coletazos recientes (como la nueva suba de la nafta) la estantería vuelve a moverse para el consumidor, que en estos momentos necesita más respuestas a sus interrogantes.
Poner el ojo de forma minuciosa en cómo se manejan los precios en este momento sería un buen guiño a aquel que tiene un par de mangos para moverse por la tierra colorada. Un trabajo conjunto, como órgano contralor, entre las cámaras económicas y los sectores del gobierno ayudaría a que esa balanza se muestre equilibrada. Es cierto que hoy la cuestión sanitaria no preocupa, pero sí ocupa. Y eso es bueno a pesar del marcado aumento de casos.
Pero la economía es una arista que forma parte del podio. Y es común denominador a todos los actores. Más ahora, en el que todos buscan un respiro que ayude a espantar al virus, al menos por un momento.